Ocupan su
espacio el silencio y la nada,
Dejando tan
solo vacío en la eternidad.
Su alma
profunda en el tiempo
Permanece distante de su
razón de vivir.
Embriagada por el éxtasis entré por las puertas del templo de blancas paredes y en ausencia del cuerpo, de los afectos y de la mente, experimenté en forma directa eso que es la verdad, dejando de existir realmente la mente en si misma y todas sus sombras vanas e ilusorias.