Con el
corazón a flor de pecho,
en este
momento que tan sola me siento,
recurro
nuevamente a ti,
que con el
silencio de tu presencia
y con tu
constante permanencia,
permites
que mi pena llegue a ti,
aunque tal
vez no puedas llenar mi alma vacía,
desde lo
más hondo de mi sentir,
te puedo
decir;
soledad sé
que estás aquí.