Embriagada por el éxtasis entré por las puertas del templo de blancas paredes y en ausencia del cuerpo, de los afectos y de la mente, experimenté en forma directa eso que es la verdad, dejando de existir realmente la mente en si misma y todas sus sombras vanas e ilusorias.
Miro a través del vidrio la lluvia que cae finita y envuelve la melodía de una canción que suena a recuerdos.. Tarde de lluvia, con pregunta sin respuesta... Tarde de ausencia..
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