Embriagada por el éxtasis entré por las puertas del templo de blancas paredes y en ausencia del cuerpo, de los afectos y de la mente, experimenté en forma directa eso que es la verdad, dejando de existir realmente la mente en si misma y todas sus sombras vanas e ilusorias.
Cuando tú
encuentres el camino, otros te encontrarán a ti; al pasar por el camino serán
atraídos hasta tu puerta y el camino que puede oírse resonará en tu voz; y el
camino que no puede verse, se reflejará en tus ojos.
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