Embriagada por el éxtasis entré por las puertas del templo de blancas paredes y en ausencia del cuerpo, de los afectos y de la mente, experimenté en forma directa eso que es la verdad, dejando de existir realmente la mente en si misma y todas sus sombras vanas e ilusorias.
El corazón te incita a mirarte en tu propio espejo del Alma, también aplaude en su silencio y quietud interior... Escucha los latidos de tu corazón, usa tu intuición. Muchas veces son mensajes del Alma.
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