Podré ir
por mil caminos,
me podré
perder ,
pero el
rumbo de mi destino en algún lugar
me ha de
detener,
tal vez por
un momento,
tal vez por
cierto tiempo,
hasta que
aquellas corrientes profundas
y frías
como la distancia me lleven
a lugares
muy lejos,
que no me
inviten al recuerdo,
pues soy un
velero
que navega
perdido,
por el mar
del desespero.
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