Hay en su mirada una paz que es
reflejada
de los estados superiores del alma,
esa que viene de lejos,
donde el viento disipa las palabras y
la emoción humana
se siente sincera y profunda como una
pena.
Ese viento que es como el susurro de
la naturaleza,
que penetra en el alma misma, y que se
siente por primera vez.
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